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Dictadura secuestra a otros cinco sacerdotes

La dictadura de Daniel Ortega ya suma 12 sacerdotes secuestrados, once de ellos en menos de dos semanas, como parte de la escalada represiva que atraviesa una nueva fase en contra de los sacerdotes de la iglesia católica.

Entre la tarde del viernes y las primeras horas del sábado, se reportó la detención de otros cinco sacerdotes de la diócesis de Managua: Monseñor Silvio Fonseca, Monseñor Miguel Mantica, y los padres Mykell Monterrey, Raúl Zamora y Gerardo Rodríguez.

Todos ellos se suman a la lista de diez sacerdotes, dos obispos y dos seminaristas que han sufrido cárcel por parte de la dictadura sandinista.

Otros padres con vigilancia y asedio

La abogada e investigadora, Martha Patricia Molina, realizó un informe preliminar hasta las ocho de la mañana del 30 de diciembre, donde también incluyó al presbítero Jader Guido quien “fue secuestrado por unas horas la noche del 24 de diciembre de 2023 y tras ser liberado está siendo perseguido por un policía de civil a bordo de una motocicleta”.

Dictadura continúa con detenciones a sacerdotes

Ademas, se menciona a Monseñor Óscar Escoto, “vicario general de la Diócesis de Matagalpa fue detenido por la Policía el, horas después fue dejado en libertad y se le vio entrar a la Catedral de Matagalpa. Horas después el sacerdote fue nuevamente secuestrado y se desconoce el paradero de este. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero”, escribió Martha Patricia.

Molina afirma que estos dos religiosos, pese a ser liberados, continúan enfrentando asedio, intimidación y vigilancia por parte de la policía de Nicaragua, al servicio y órdenes de Daniel Ortega.

Festividades empañadas de cárcel

La mayoría de los secuestros a estos religiosos ocurrieron entre el 24 y 30 de diciembre, provocando que las celebraciones de fin de año y navidad, se empañen de tristeza, soledad y miedo para la comunidad católica, pues varios de los sacerdotes fueron detenidos tras finalizar misas.

Algunos expertos y que han dado seguimiento a la persecución religiosa en Nicaragua, como Molina, señalaron a medios nicaragüenses que gran parte de la desmedida cacería de la dictadura de Ortega contra los sacerdotes es porque pretenden acallar toda voz crítica a ellos.

Asimismo pretenden silenciar a toda persona que pretenda alzar la voz para denunciar las ilegalidades cometidas por el régimen Ortega Murillo.