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Faltan médicos y enfermeras en hospitales y centros de salud de Estelí, Madriz y Las Segovias

-Durante el 2023, más de 187 trabajadores de la salud salieron del sistema: unos renunciaron para salir del Estado, otros para irse del país y una parte se jubiló y aunque les pidieron que se quedaran, se negaron debido a la inconformidad con el régimen represivo.

-La falta de enfermeras, médicos generales y especialistas, tiene en serios apuros a los directores de los tres hospitales y varios centros de salud de los municipios de las cabeceras departamentales de Estelí, Madriz y Nueva Segovia. La carencia de este personal, se debe a que el año pasado, más de 187 funcionarios renunciaron, una buena parte salió del país y otro grupo se jubiló al cumplir la edad de ley.

Las universidades de esta región que el año pasado fueron confiscadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y que ofrecían las carreras de medicina, licenciatura o técnico de enfermería, no lograron egresar suficientes profesionales para cubrir la demanda de los centros asistenciales en los 27 municipios de Las Segovias, debido a que muchos bachilleres, dejaron las aulas inconformes con la ocupación de sus centros de estudios, mientras que otros terminaron la carrera y dejaron el país, aseguró un funcionario estatal.

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Fuentes dentro de los Sistemas Locales de Atención a la Salud, (SILAIS), en los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia, sostienen que este año hay urgencia en reponer personal médico general, especialistas y enfermeras, además de técnicos laboratoristas y otras especialidades dentro de los hospitales también de Somoto y Ocotal.

“En algunos centros asistenciales de estas localidades se carece de ortopedistas, ginecólogos y otras especialidades médicas necesarias para brindar una buena atención a la población”, dice el informante. “Hay riesgo de quedarse este año sin laboratoristas con experiencia y hasta sin nutricionistas también. En algunas dependencias, faltan hasta choferes de ambulancia y del área de limpieza y cocineras”, agregó.

Ocotal en crisis

El problema es tal que en Ocotal, que es la cabecera del departamento de Nueva Segovia, las autoridades de salud mantienen suspendido el trámite de al menos 30 solicitudes de jubilación.

“Hay mucho maltrato laboral, muchos abusos, por eso algunos renunciaron y otros que ya cumplieron su edad de retiro están desesperados por irse, no quieren estar más tiempo”, ratificó la fuente.

Contó el informante que la mayoría del personal “en fuga” eran militantes del partido rojinegro, pero estaban inconformes con las decisiones partidarias. “De aquí se ha ido gente de limpieza, trabajadores de cocina, vigilantes y conductores, se debe en parte al cansancio, son años de estrés, malos tratos y presiones laborales. Los hacen trabajar hasta en los días libres y eran demasiadas las exigencias partidarias”, compartió un extrabajador que ahora vive en el exilio.

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“La mayoría se ha hastiado que en vez de pagarte por trabajar, te paguen para andar en marchas y actividades políticas. Además, unos pocos progresan como los dirigentes y la gente, la mayoría, solo pone el lomo”, agregó Adela Manzanares, quien por más de 18 años laboró de enfermera en un centro de salud de Madriz.

Manzanares, se encuentra desde hace cuatro años laborando en un hogar en el que atiende a dos ancianos jubilados en la región de Zaragoza, España, donde percibe ingresos suficientes para sostener a su familia que vive en el poblado del municipio de San Lucas, zona del departamento de Madriz.

“Yo laboré como enfermera auxiliar por más de 18 años en el Centro de Salud de Totogalpa. Cuando renuncié, porque me sentía muy enferma por las presiones y el maltrato laboral que uno recibe, decidí venirme a trabajar a España. Ahora tengo paz y gano, aunque no lo justo, lo suficiente para vivir”, dijo la enfermera de 36 años.

Necesidad de personal

Luis Armando Gutiérrez Manzanares, es médico y reside en Estados Unidos, después de abandonar hace dos años la ciudad de Ocotal, en Nueva Segovia, donde laboró en un puesto de salud. Asegura que excompañeros de trabajo le han confiado que hay al menos 200 plazas para este tipo de personal que las autoridades urgen llenar.

“Se necesitan enfermeras auxiliares, médicos generales, especialistas, técnicos para las salas de cirugía, laboratorios, nutricionistas entre otro tipo de personal. Me dicen que es urgente”, señala el especialista. Para evitar que sea visible la falta de personal sensible en los centros de atención, las autoridades sanitarias enviaron a esta zona desde mediados de noviembre del año pasado clínicas móviles a los departamentos de Nueva Segovia, Madriz y Estelí. “Le dicen al paciente: usted no venga al centro médico, nosotros llegamos a las zonas. Así se evitan las aglomeraciones y ganan tiempo, porque remiten al paciente y este debe esperar hasta tres meses por una cita médica con un especialista”, afirman las fuentes.

Las clínicas móviles son cabezales que arrastran contenedores grandes equipados con aparatos médicos portátiles y que cuenta con personal mínimo de salud. En las consultas, a los pacientes también les dan medicamentos básicos “para lidiar con la espera de la remisión”. “Es un engaño porque la asistencia tardía es decisiva para salvar la vida de una persona o sumarla a las estadísticas de morbilidad”, dice un médico de esta zona.