El mandatario nicaragüense Daniel Ortega atacó nuevamente a la Iglesia Católica en su más reciente comparecencia durante el acto del 89 aniversario del fallecimiento de Augusto C. Sandino.
En esta ocasión el líder sandinista no sólo atacó a los líderes religiosos de Nicaragua, sino también al Papa Francisco luego de que el sumo pontífice se pronunció sobre la situación de Monseñor Rolando Álvarez.
Sin embargo, Daniel Ortega, a pesar de ser fuertemente criticado por sus procesos electorales, arremetió contra la forma de elegir al Papa en El Vaticano.
“El pueblo debería elegir en primer lugar a los curas del pueblo, luego a los obispos, a los cardenales, y tendría que haber una votación en el pueblo católico en todas partes para que se elija también al Papa por voto directo del pueblo”, dijo el Ortega.
Seguido a este discurso, Ortega llamó a la Iglesia Católica “mafia organizada”.
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Daniel Ortega “no respeta” a dirigentes de la Iglesia Católica
Daniel Ortega también mencionó que no respeta en absoluto a los dirigentes de la Iglesia Católica por “su pasado somocista”.
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“¿Qué respeto le puedo tener a los obispos que he conocido en Nicaragua, si eran somocistas? Era un niño cuando pasó el funeral de Somoza y los obispos enterraron a Somoza como príncipe de la Iglesia, es decir como si era un cardenal de la iglesia Católica”, mencionó Ortega, quien pese a criticar, en un momento recibió la bendición del fallecido cardenal Miguel Obando y Bravo.
La doble cara de Ortega
Para el analista político Alex Aguirre, lo que Ortega demostró en esta comparecencia fue una doble cara al arremeter contra la Iglesia, pero al mismo tiempo usar el cristianismo como símbolo de lucha. Esto porque el dictador nicaragüense mencionó que el se hizo revolucionario a causa de la imagen de Jesucristo en su vida. “Yo soy revolucionario gracias a Cristo. Por Cristo me hice revolucionario”, dijo Ortega.
“Ortega ataca a la Iglesia pero utiliza su símbolo como escudo para legitimar su discurso contra los líderes de la iglesia”, dice Aguirre.
La intención del dictador nicaragüense con este discurso es tratar de “emular” a otras figuras dictatoriales e infundir ese mensaje a su base, añade Aguirre.
