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Buzos del Caribe entre el abandono, la pobreza y la muerte 

Desde hace más de 15 años no existe una cámara de descompresión en los hospitales del Caribe para recuperar la vida de los buzos afectados. 

El joven buzo Mario Maykel Wilfred, de 38 años de edad, murió el 4 de febrero mientras realizaba labores de buceo, a 60 millas de Puerto Cabezas, Costa Caribe Norte, según una nota del Distrito Naval Caribe del Ejército de Nicaragua. 

Mario falleció por síndrome de descompresión, una situación de vulnerabilidad que enfrentan los buzos, pero ante la falta de una cámara hiperbárica en los hospitales del Caribe para que los pacientes reciban oxígeno, es casi imposible que el personal médico les pueda salvar la vida. 

Igual que Mario, cientos de jóvenes y adultos que viven de la pesca por buceo en las regiones más pobres del país, corren el riesgo de morir por el síndrome de descompresión, un padecimiento por el que se forman burbujas de nitrógeno en el cuerpo de los buzos y puede causar parálisis o la muerte.

Marcos Alvarado Pinock, de 22 años de edad, es otro buzo que también perdió la vida por la misma situación que Mario, sin que haya responsabilidades penales. Sus familias viven en pobreza extrema, con menos de dos dólares al día, y no reciben ningún tipo de beneficio. 

Traslado del cuerpo sin vida del buzo Mario Maykel Wilfred al muelle de Bilwi. / Ejército de Nicaragua. 

Sobreviviendo como sea 

No se conoce las secuelas de los buzos después de sufrir un accidente por descompresión, Pero ellos, aunque queden con alguna discapacidad deben buscar la manera de sobrevivir.  Roy Hooker López es un joven miskito de 44 años originario de Puerto Cabezas. Trabajó por muchos años como buzo, pero hace tres se accidentó y vino a Bluefields a buscar atención médica porque en Bilwi solo encontró pastillas.  El día del accidente salió en la panga, se puso el compresor y bajó a una profundidad de 60 pies para pescar langosta, pepino de mar y caracoles.  De repente, sintió dolor en la espalda y se quedó inmóvil. Apenas tenía fuerza para salir. Otros pescadores lo ayudaron a salir. 

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Roy perdió el conocimiento y lo recobró cuando se encontraba en el hospital de Bilwi. Aunque el accidente ocurrió hace 3 años, él recibió 50 mil córdobas de indemnización que apenas le dio para sobrevivir un tiempo. Ahora, las secuelas de la enfermedad permanecen con él. Casi ni puede caminar, no puede hacer fuerzas porque le duele todo. Debe mantener a sus tres hijas y a su familia. “sin ayuda de nadie, no me queda más que intentar volver a la pesca”, dice acongojado. 

El buzo Roy Hooker López quien vice con discapacidad dice que debe volver al mar para mantener a su familia / Noticias de Bluefields 

Sin protección 

Heliberto Thomas trabajó como buzo durante 14 años.  Hace 5 años sufrió un accidente mientras realizaba buceo en las aguas del Caribe Sur para capturar langostas para una pesquera local.  Tuvo problemas de descompresión y aunque recibió atención médica el problema lo dejó discapacitado, perdió las fuerzas para sostenerse con ambas piernas y para caminar se apoya de una muleta. 

Heliberto señala que nunca recibió equipo de protección para sus labores de buceo y necesitará trabajar bajo riesgo por la necesidad de la familia. Actualmente es comerciante de queso en el mercadito del muelle municipal de Bluefields.

Otros que murieron esperando ayuda 

Decenas de buzos que sobrevivieron a accidentes interpusieron demandas en busca de compensaciones, pero murieron esperando respuesta.  

Este es el caso de Ricardo Clarence Prudo. Él trabajó como buzo de pesca de langosta durante 15 años en las aguas de Tasbapounie, Laguna de Perlas, Caribe Sur. Su último accidente, ocurrió en la embarcación langostera “Sea Ranger” el 24 de marzo de 1999 y quedó parapléjico. Tenía antecedentes de trauma craneal de otro accidente que había sufrido en 1991. Había perdido el equilibrio y le costaba caminar. 

Prudo gestionó una indemnización ante el Ministerio del Trabajo y después inició una demanda laboral en el Juzgado Civil de Distrito de Bluefields en busca de una pensión por invalidez por enfermedad profesional, pero ninguna de las gestiones tuvo éxito y tras permanecer hospitalizado por casi un año, por úlceras y tras varias intervenciones quirúrgicas, fue llevado a Managua donde falleció el 15 de octubre del 2001 a los 45 años. 

Foto 3:  El buzo Ricardo Clarence Prudo murió esperando justicia / Noticias de Bluefields 

En diciembre del 2010 el joven Buzo Danny Williams White, de 31 años de edad, perdió la vida en alta mar, cuando se encontraba en la embarcación pesquera “Lady Silvia” propiedad de la empresa Productores de Mariscos de Nicaragua (PESANIC) cuando decidió ir en busca de 2 anclas extraviadas que permanecían en las profundidades del océano. 

El médico forense le dijo a la familia que la causa de muerte fue una explosión en el corazón.” La zona del buceo era muy profunda con mucha presión, que no soportó y le provocó la muerte”, les dijo el médico.

Danny Williams tenía experiencia en el buceo, y trabajó 11 años para la empresa Pasenic. Le sobreviven dos hijos. 

En vida, el joven buzo Danny Williams cuando acompañó a su compañera de vida María Esther Taylor en su promoción del quinto año / Noticias de Bluefields. 

En las manos de Dios 

El Centro de Asistencia Legal a Pueblos Indígenas (CALPI) señala que la actividad se ha realizado por más de 32 años sin ser efectivamente regulada; los barcos reciben el zarpe de parte de Capitanía de Puertos sin que se hayan realizado las inspecciones; la actividad se realiza sin la firma de contratos de trabajo, la mayoría de las empresas no reportan los accidentes ocurridos en alta mar; los buzos discapacitados y sus familias no reciben pensión de las empresas o del INSS.

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También señala que el frágil sistema nacional de salud termina subsidiando a las empresas, al proveer servicios médicos a los buzos accidentados y sin seguros; no todos los buzos que se accidentan o mueren son llevados al hospital; en algunas ocasiones los barcos los llevan directamente a sus comunidades, donde son atendidos por sus médicos tradicionales;

Con hambre no hay manera de parar 

Entre 1996 y 2007, el hospital Nuevo Amanecer de Puerto Cabezas reportó haber atendido a 1,042 buzos accidentados, en ese periodo recibían entre 8 a 10 buzos accidentados por mes; varios murieron o quedaron parapléjicos porque no alcanzaron llegar en alguna inexistente cámara de descompresión.

Un reporte de personas afectadas por el Síndrome de Descompresión en Nicaragua (OIT, 2001) señala que en los cinco años 1996 – 2001, se registraron 596 buzos afectados por el síndrome de descompresión, 13 de ellos murieron. 

En el 2010 una brigada de voluntarios españoles brindó asistencia médica y atendió al buzo con la única cámara hiperbárica instalada en Bilwi a inicios del año 2000 y que funcionó para tratar la enfermedad por descompresión durante un tiempo. 

En el 2017 se instaló una cámara de descompresión valorada en 100 mil dólares en el hospital primario de Corn Island, Ethel Kandler. Sin embargo, nunca entró en operaciones pese a la enorme inversión.

Desde hace 5 años el gobierno con fondos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) está en la construcción del Hospital Nuevo Amanecer de Puerto Cabezas, y se espera que este centro cuente con una cámara hiperbárica que supuestamente estará disponible hasta noviembre de este año. 

Una fuente de Bilwi que labora en el sindicato de buzos y que por razones de represión omite sus datos, señala “las familias de los marinos viven en miseria, nosotros lo que les decimos a los que están con problemas de salud que no regresen más a bucear, pero ellos nos responden que los hijos tienen hambre” señala. 

Existe una ley, pero inútil 

En 2007 se aprobó la Ley 613 o ley de Protección y Seguridad a las Personas dedicadas al buceo, que establece entre otras regulaciones, las obligaciones de los empleadores, pero según los buzos, estas no se cumplen.

El artículo 9 establece que, todo empleador, al momento de contratar a un trabajador para actividades de buceo, sea este de nuevo ingreso o recontratado, deberá instruir y capacitar al mismo sobre: 

Los riesgos a los que se expone;

  1. Los riesgos a los que se expone;
  2. Las medidas preventivas a tomar;
  3. El manejo de los equipos de trabajo así como el procedimiento del mismo

Asimismo, el artículo 10, señala otras obligaciones: 

  1. Notificar a los organismos competentes los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales ocurridos en su empresa o establecimiento e investigar sus causas;
  2. Colaborar en las investigaciones por la ocurrencia de accidentes, realizados por organismos facultados para ello; 
  3. Exigir una constancia médica al buzo al momento de la contratación y realizar chequeos médicos periódicos, sobre: BHC, EGO, EGH, VDRL, CREATININA, EKG, Rx de Tórax (Radiografía de Tórax) y examen físico completo, al menos una vez por año, pagados por el empleador a los trabajadores que por las características laborales estén expuestos a riesgos profesionales, debiendo sujetarse a los criterios médicos en cada caso específico;
  4. Darle mantenimiento cada año y prueba hidrostática a los tanques de aire comprimido (SCUBA) cada cuatro (4) años como máximo y dos (2) años como mínimo, así como la revisión diaria de los filtros de los compresores de aire, con el objetivo de eliminar impurezas, para lo cual el empleador llevará un control de inventario de los equipos suministrados; 
  5. Exigir las normas de higiene y seguridad en la toma de aire del compresor para el llenado de los cilindros, así como la revisión técnica debidamente certificada cada tres meses;
  6. Capacitar y certificar al personal encargado del manejo de los compresores, sean éstos eléctricos, mecánicos o de combustión interna, con el objetivo de garantizar la pureza del aire, así como el cuido y mantenimiento del compresor, principalmente lo referente al cambio de los filtros de aire, aceite, combustible y purificación;
  7. Será responsabilidad del propietario y del operario del compresor, que la fuente de carga de aire para el llenado de los cilindros, se encuentre en condiciones idóneas cumpliendo los estándares de las normas de Higiene y Seguridad en el Trabajo; 
  8. Será responsabilidad de la empresa dotar a los buzos del equipo de protección térmica adecuado (trajes isotérmicos); y i) Cumplir todas las obligaciones del empleador contenidas en el Capítulo III del Código del Trabajo, en relación al trabajo en el mar

Cámara de descompresión en el hospital de Bilwi en 2010.   / Cortesía  

¿Todo por la patria?

Desde hace varios años las notas de prensa de la marina naval se limitan a reportar los traslados de los cuerpos sin vida o lesionados en la que destacan la verborrea dominada por el fanatismo “el Ejército de Nicaragua consecuente con el lema de que “Somos el Pueblo mismo uniformado trabajando en su propio beneficio”, en cumplimiento de las misiones y tareas: “Todo por la Patria”. En defensa de la Patria y la Institución: ¡Firmeza y Cohesión! 

La pesca de langosta por buceo continúa realizándose en las mismas condiciones de vulnerabilidad en la Costa Caribe, generando grandes ganancias a las empresas y el gobierno que aprovecha sus impuestos, el año pasado el país reportó una producción de 9.3 millones de libras y exportaciones por un monto mayor a los 64 millones de dólares, pero los buzos continúan muriendo sin que haya protección para sus vidas y sus familias.