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Así sobreviven las fincas de Masaya, el departamento menos ganadero

Don Manuel es dueño de una finca en Masaya. Su día comienza desde las 4:00 de la mañana con la llegada de los mozos que desde esa hora, salen en busca del ganado para empezar el ordeño. Dos horas después, a las 6:00, casi 300 litros están en pichingas listos para ser distribuidos en algunos de los ocho municipios de este departamento.

Después del ordeño, buscan algo de desayuno y don Manuel los reúne para darles instrucciones sobre la faena del día. Aunque es mucho trabajo para un hombre de su edad, cerca de los 61 años, el campesino dice que en “las fincas, no hay edad de retiro”. “Aquí uno trabaja siempre y entre más trabajás, más vivo uno se siente”, cuenta para este reportaje.

Don Manuel dice sentirse muy satisfecho con lo que ha logrado. Tiene más ganado en su finca, produce más leche y “los siembros de la huertita van bien”, asegura. El ganadero explica que el sector al que pertenece, ha sido uno de los que más resiste a los desafíos que enfrenta el país, sobre todo, por “los trastornos del clima” y el alza de los precios en los insumos de la ganadería, lo que a veces reduce las ganancias en las fincas y aumenta el costo de los lácteos que consumen las familias de todo el país. 

De acuerdo a los reportes semanales de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), en la primer semana de octubre de este año la industria pagó a los productores de Masaya C$22.50 por cada litro de leche, y tres semanas después subió a C$23.75, C$1.25 más en menos de un mes. Por esos días, el país registraba  escasez de lluvia producto de la influencia del fenómeno de “El Niño”. 

En Masaya, leche más cara   

Hasta el 27 de octubre reciente, Matagalpa ocupó el tercer lugar como departamento con el precio de leche más caro del país pagado al productor, según el monitoreo de Faganic.  Durante ese mes, en ese departamento norteño, el litro de leche llegó a costar C$22.50 por litro, seguido por Boaco con C$21.25 el litro y luego Granada y Estelí con los precios más bajos; a C$16.00 el litro. 

En Masaya, las familias compran bastante leche de finca para la elaboración de cajetas, postres, reposterías, quesillos, leche agría y otros productos a base de leche que destacan en la ciudad de las flores, donde además, la cocina familiar es bastante tradicional.  Según productores de la zona, la leche es cara en este departamento porque el sector pecuario ofrece menos producción de leche frente a esa demanda y la demanda de acopiadores que la compran para venderla procesada. 

Explican también que Masaya, es el departamento más pequeño del país y pese a contar con zonas rurales, están más dedicadas a labores agrícolas que ganaderas, su población mayoritariamente se ubica en las zonas urbanas y viven de actividades propias de la ciudad como el comercio. “Nuestra ganadería tiene poca incidencia a nivel nacional, es muy baja, estamos como en último puesto, pero es porque somos más agrícolas que ganaderos”, explica don Manuel. 

La leche “se queda en casa” 

Para otro ganadero de Masaya, quien lleva más de 20 años en el rubro de la ganadería, en su finca a diario se producen entre 400 a 500 litros de leche, y aunque reconoce que Masaya no es “altamente ganadero”, su producción es comercializada entre pequeños y medianos negocios del departamento que se dedican a la elaboración de productos lácteos, como las reposteras, las panaderas, las dulceras, e incluso las refresqueras. 

“Por ejemplo, las vendedoras de cajetas me compran entre 30 y 40 galones diarios de leche como parte de su materia prima, otras me compran para elaborar el manjar, la cajeta de leche, y otro montón de productos a base de leche”, manifiesta.

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El ganadero, quien a diario se levanta desde horas muy tempranas del día para echar andar su finca, asegura que Masaya, es por hoy uno de los principales consumidores de leche del país como materia prima y producirla en menos cantidad, causa que su precio sea más competitivo que en otros departamentos donde hay una buena producción y menos demanda. 

Don Marcelino es propietario de una pequeña finca de Tisma. Desde hace 20 años vive de la producción de leche de su pequeño hato ganadero y de cultivos de perecederos que vende en el mercado central de Masaya. Él, igual que varios pequeños productores de leche de su municipio, ofrecen sus pichingas de leche en el mercado “Ernesto Fernández” de esa ciudad. 

“Al centro de Masaya acudimos varios de Tisma, dónde hay muchos ganaderos, llegan también ganaderos de Tipitapa”, contó.  “Aquí –agregó don Marcelino– en este departamento hay bastante refresquerías, además de las famosas cajeterías, por eso se dice que en Masaya hay bastante demanda de leche”, argumentó. 

Información proveniente de cooperativas agrícolas y ganaderas de este departamento señalan que Masaya, cuenta con la menor cantidad de cabezas de ganado del país, poco más de 20 mil de un total de 5 millones 829 mil 067 reses   a nivel nacional. “El 90 por ciento de los ganaderos del departamento se ubican en el municipio de Tisma, al oeste de Masaya, donde las actividades agropecuarias que predominan son los cultivos de maíz, sorgo, yuca y hortalizas”, explicó un agricultor cooperado.   

Los fuertes económicos de Masaya 

Un economista local señala que a Masaya se le reconoce más por su gente laboriosa y artesanal, que por la ganadería. “Ese rubro es el principal en este departamento, del comercio de la artesanía depende mucho esta ciudad”, señala el experto, que pide hacer sus comentarios sin ser identificado por temor a la represión que el régimen de Daniel Ortega ha desatado en ese departamento desde las protestas del 2018. 

“La ciudad destaca por ser el centro de la artesanía de primer orden, además de considerarse la cuna de las hamacas y del folclore nacional, y claro, hay un pequeño aporte en labores agrícolas”, explicó. 

Las cifras del Ministerio Agropecuario del régimen, (MAG), le dan la razón. Señalan por ejemplo, que Masaya aporta en cultivos con los siguientes porcentajes: maíz 0.7% a nivel nacional, arroz secano 1.3 %, frijol rojo 1.0 %, y sorgo rojo 5.8%. Este último es un cereal altamente energético perfecto para la nutrición en la cría del ganado. Además, Masaya cuenta con cultivos y productores de hortalizas como la chiltoma hasta 6.5% a nivel nacional, el repollo 1.4 %, y el tomate 6.4%. 

“El masaya tiene una ventaja, que es muy laborioso y esto no solo aplica en el arte de las artesanía, sino que el masaya, se la ‘rebusca’ en todo”, reconoce el experto. 

En el municipio de Tisma, el que más destaca en este rubro en Masaya, la ganadería tiene dos propósitos; la comercialización tanto de carne, como de leche. “Prácticamente, Tisma es el que le da de comer a Masaya, ahí está el maíz, la yuca, los frijoles, las frutas (…) todo está ahí”, agrega el economista.   

En materia de exportaciones globales y agropecuarias a mayo de 2023, en Nicaragua la exportación de carne de bovino representó 275 millones de dólares. Para el cierre de este 2023, el Banco Central de Nicaragua prevé la matanza de 820,000 cabezas de ganado, un poco menor que 2021, que tuvo una mayor matanza por los precios extraordinarios que ocurrieron en ese momento.

La sobrevivencia de las fincas 

Según el titular del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, la ganadería “ha tenido una participación relevante” en la economía a nivel nacional, pero no dice que los finqueros, han tenido que pagar altos costos para mantener a flote al sector. 

“Este año como ningún otro, los desafíos para sobrevivir en las fincas ha sido mayores que en otro tiempo por el alto costo del concentrado y otros insumos para el ganado, además hay que sumar los abigeatos, la liquidación constante de ganado y la crisis climática que atraviesa la región”, advierte un finquero al que solo piden que lo llamen por su apellido; Madrigal.    

“En lo que va de este año mi finca registró el 1% de mortalidad de terneros”, se lamentó Madrigal. A su criterio, esto se debe a que las crías, no soportaron el calor durante la sequía causada por el fenómeno de El Niño, y luego con las lluvias constantes provocadas recientemente por la tormenta tropical Pilar, que causó inundaciones y fuertes lluvias para el pacífico centroamericano. 

“Casualmente, un día de estos se me murió de frío un ternero. Parece que el animal se estresa por la presión del frío, no lo pudieron meter a la galera y amaneció muerto. Por eso, durante las lluvias, es importante agarrar los terneros, no dejarlos en el campo, y meterlos a una galera, porque les provoca estrés de frío, y si no están bien nutridos, más rápido se muere”, relata. 

Aunque Madrigal dice que aún no registra abigeatos en su finca, ese otro de los desafíos de los ganaderos de esta zona. El último Anuario Estadístico de la Policía hecho público, contabilizó en 2021 al menos 16 abigeatos en todo el país, 6 menos en comparación a 2020 cuando la institución sancionada registró 22 denuncias. “Se ha parado bastante el hurto de ganado, eso hay que decirlo”, señala el finquero. 

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En el caso de la alimentación, el experto del sector pecuario afirmó que el productor de Masaya “se ha preparado” para enfrentar las crisis en las fincas. En ese sentido, dijo que los ganaderos se benefician de la alta producción agrícola en este departamento, además porque cerca de Masaya, se ubican algunos “ingenios de melaza” que ayudan a la alimentación del ganado.

A su criterio, la alimentación del hato ganadero ha sido un proceso superado con la oportuna preparación de los dueños de finca. “Los suelos de Masaya son bien fértiles, y eso nos ayuda a sacar bastante producción y a ‘paliar’ la situación del verano”, explica. 

“También hay otra ventaja, Tisma es bien húmedo, para quienes conocen, saben que allí es así, y los ganaderos tienen sus pozos artesanales que sirven para los pequeños riegos. La verdad es que en esas fincas el pasto no se seca tan fácilmente”, añade.

Liquidación de hato ganadero

Don Miguel es un finquero también de Tisma. Dice que en el caso de la liquidación y reposición del hato ganadero, es un proceso constante en las fincas del país. Asegura que durante los partos, los ganaderos de Masaya se quedan con el 30% de la mejor cría de hembras, la cual repone a otras que ya no producen igual cantidad de leche y que son enviadas a los mataderos cuando se cuenta con el suficiente hato en la finca. 

Claro, admite que no es igual cuando el dueño de finca cuenta con un registro bastante bajo de cabezas de ganado. En esos casos, el ganadero sabe que es más rentable reponer ganado antes que “liquidarlo”. Eso ocurrió en el corral de Miguel, quien hace cuatro años veía que su hato producía poca leche, aproximadamente 180 litros por día, ya que las cabezas de ganado eran contadas. 

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Pero hoy, su producción diaria es de 250 litros de leche, pues es el resultado de la hábil reposición de su hato que suma ahora al menos 30 cabezas de ganado.  “Si nacieron 20 terneras en el año, se dejan las cinco o seis mejores para la reposición de tu hato, eso es aproximadamente un 25% y 30%, que permite descartar aquellas vacas viejas porque las vaquillas nuevas son la reposición. Aquí todos los machos se venden”, afirma. 

Para el experto en el sector pecuario, aunque Masaya no sea altamente ganadero, las subastas de ganado a nivel nacional se encuentran en los municipios fronterizos a Masaya: Cofradía de Nindirí, y en Tipitapa. Asimismo, valora que Masaya, es una ciudad que conecta sus carreteras con otros departamentos como Rivas, Granada, Managua y Carazo, permitiendo así la libre circulación de los mataderos que salen a su distribución.  “En Masaya están varios negocios de compraventa, que son la subasta ganadera”, señala.