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Periodista Víctor Ticay cumple seis meses encarcelado por la dictadura

Este 6 de octubre se cumplen seis meses desde la detención del periodista nicaragüense Víctor Ticay.

Ticay, conocido por su labor en Canal 10 y su página de Facebook ‘La Portada’, se vio envuelto en un caso que ha generado preocupación a nivel internacional. El periodista fue condenado a ocho años de prisión por cargos que incluyen “propagación de noticias falsas”, “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” y “traición a la patria”.

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Estos cargos se basaron en su cobertura de una procesión católica durante la última Semana Santa, un evento que debería haber estado protegido por la libertad de prensa.

La detención y condena de Víctor Ticay son un recordatorio doloroso de los desafíos que enfrentan los periodistas en muchas partes del mundo, donde la expresión libre y el ejercicio del periodismo se ven amenazados.

La situación en Nicaragua es motivo de profunda preocupación en lo que respeta a la libertad de prensa, pues en los últimos años, más de 200 periodistas se han visto obligados a exiliarse debido a la creciente persecución por parte del régimen de Daniel Ortega.

Estos periodistas, que han dedicado sus vidas a informar ya ejercer su deber en nombre del pueblo nicaragüense, se han visto forzados a abandonar su país en busca de seguridad y libertad para expresar sus opiniones de manera libre y sin temor a represalias.

La persecución incluye detenciones arbitrarias, amenazas, censura y restricciones a la actividad periodística independiente.

El exilio de estos profesionales de los medios es un recordatorio triste de cómo la libertad de prensa está bajo amenaza en Nicaragua y en otras partes del mundo.

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La comunidad internacional debe seguir vigilante y presionar por un ambiente en el que los periodistas puedan llevar a cabo su trabajo sin miedo a la persecución, garantizando así el derecho del pueblo a estar bien informado y participar en un proceso democrático sólido.

El valor y la dedicación de estos periodistas exiliados merecen nuestro respeto y apoyo en su búsqueda de un entorno más seguro para el periodismo en Nicaragua.