PortadaReportajes

La pandemia de COVID-19 tres años después

Hace tres años el mundo experimentaba una de las peores pesadillas: El coronavirus o COVID-19, se propagaba rápidamente pese al control férreo de las fronteras, incluidas las más recónditas. Familias enteras sufrieron el aislamiento para evitar el contagio del virus y aún así muchas de ellas sufrieron la pérdida de uno o más de un familiar.

En Nicaragua los primeros contagios fueron reportados de forma oficial en marzo de 2020, cuando ya el mundo advertía de la gravedad de una crisis sanitaria. Muchos de estos casos dejaron secuelas en los sobrevivientes que han aprendido a convivir con ellas muchas veces emocionales.

Pasado este tiempo todavía ningún país ha podido erradicar el virus, que por etapas parece sufrir repuntes y con esto el rebrote de la pandemia.

Mientras, en países pequeños como los de la región la población está ensimismada en resolver los problemas económicos para la subsistencia, preocupaciones que han prevalecido durante este período. A la fecha la mayor parte de la población ha empezado a restarle atención a los cuidados de prevención e higiene para evitar el contagio.

En países del área como Costa Rica, ya es menor la cantidad de personas que utiliza la mascarilla y aunque en Nicaragua la gente sigue utilizándolas, poco a poco se aprecia como un poco más de relajamiento de las medidas de prevención: Algunos ya empiezan a quitarse los tapabocas en sitios públicos como parques o iglesias, cada vez menos gente usa la mascarilla, hay menor preocupación por el lavado de manos o uso del alcohol, el distanciamiento físico es menos frecuente.

La dictadura promovió actividades durante la pandemia de la Covid-19.

“Esto no ha acabado”, advirtió el doctor Leonel Argüello en su programa en línea, Por tu Salud Nicaragua, por lo que aconseja “No bajar la guardia” seguir con las medidas de prevención pertinentes.

Leer también: La derrota del 90: el fantasma que atormenta a Daniel Ortega cumple 33 años 

Para iniciar recordemos que significa COVID-19: “Enfermedad por coronavirus 2019”. La causa de la enfermedad es un virus llamado SARS-CoV-2. El virus apareció por primera vez a fines de 2019 y se propagó rápidamente por todo el mundo, recordó la doctora Lezmisa Sandino.

Las personas que contraen COVID-19 pueden tener fiebre, tos, dificultad para respirar cuando el virus infecta los pulmones y otros síntomas. Aclaró que los expertos siguen estudiando cómo es la recuperación de COVID-19, en base a los estudios de análisis y observación de los diferentes cuadros que desencadena.

“Si posterior al haber presentado un cuadro de COVID grave, o un cuadro de COVID prolongado, y persiste la fatiga o se siente cansado”, Sandino recomendó a estas personas mucho descanso.

A su vez aconsejó a quienes han sufrido el contagio: 

  1. Planificar hacer tareas importantes cuando prevé que tiene más energía, que normalmente es por la mañana. Pero sea mesurado para no hacer demasiado a la vez, y haga pausas durante el día si se siente cansado.
  2. Piense en cuáles son las tareas y las actividades más importantes de cada día para no gastar más energías de la necesaria.
  3. Si no está durmiendo bien, mejore la “higiene del sueño” puede ayudar, por ejemplo, acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, evitar la cafeína y el alcohol a última hora del día. Y no mirar pantallas antes de acostarse.
  4. Según la situación particular de una persona es posible que también necesite: Medicinas para aliviar síntomas como la tos o el dolor.
  5. Rehabilitación cardíaca: Consiste en mejorar la salud del corazón con medidas tales como el ejercicio, cambios en la alimentación y dejar de fumar, en caso que sea fumador.
  6. Rehabilitación pulmonar: Esto incluye ejercicios respiratorios para ayudar a fortalecer los pulmones
  7. Tratamientos para la ansiedad o la depresión: Puede hacer uso de medicinas y/o terapia psicológica, ejercicios y estrategias, alimentación saludable, e ingerir abundante agua.

No deshacerse de las mascarillas

El 13 de enero de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizó sus directrices sobre el uso de mascarillas por parte de la población, la atención clínica y los tratamientos contra la COVID-19. La OMS continúa recomendando llevar mascarilla en determinadas situaciones con independencia de la situación epidemiológica local. 

Le puede interesar: Mario Firmenich, un ex guerrillero argentino a sueldo de Daniel Ortega

Estas recomendaciones abarcan a las personas expuestas recientemente al virus causante, a las que tengan o sospechen que tienen COVID-19, a las que corran un riesgo elevado de presentar síntomas graves de esta enfermedad y a todas aquellas que deban estar en lugares abarrotados, cerrados y con mala ventilación.  

Al igual que en las recomendaciones anteriores, la OMS afirma que puede ser conveniente llevar mascarilla en otras situaciones, en función de la evaluación de los riesgos. En este sentido, se deben tener en cuenta factores como las tendencias epidemiológicas o el aumento de las hospitalizaciones a nivel local, la cobertura vacunal, la inmunidad de la población y las características del lugar o el evento, refiere una nota de la organización. 

A su vez, en las nuevas directrices de la OMS se recomienda que los pacientes con síntomas se aíslen durante 10 días contados a partir del primero en que hayan tenido síntomas.  

La pandemia de COVID-19
tres años después

Para las personas que den positivo para la COVID-19 pero que no presenten signos o síntomas de la enfermedad, la OMS recomienda ahora cinco días de aislamiento, en comparación con los 10 días recomendados anteriormente.

El paciente puede salir del aislamiento antes si da negativo en una prueba rápida de detección de antígenos.

El aislamiento de las personas que tienen COVID-19, que es importante para evitar que transmitan la enfermedad, se puede hacer en su propio domicilio o en un establecimientos especializados como un hospital o una clínica privada.

En Nicaragua los primeros contagios fueron reportados de forma oficial en marzo de 2020, cuando ya el mundo advertía de la gravedad de una crisis sanitaria. Muchos de estos casos dejaron secuelas en los sobrevivientes que han aprendido a convivir con ellas muchas veces emocionales.

Pasado este tiempo todavía ningún país ha podido erradicar el virus, que por etapas parece sufrir repuntes y con esto el rebrote de la pandemia.

Mientras, en países pequeños como los de la región la población está ensimismada en resolver los problemas económicos para la subsistencia, preocupaciones que han prevalecido durante este período. A la fecha la mayor parte de la población ha empezado a restarle atención a los cuidados de prevención e higiene para evitar el contagio.

En países del área como Costa Rica, ya es menor la cantidad de personas que utiliza la mascarilla y aunque en Nicaragua la gente sigue utilizándolas, poco a poco se aprecia como un poco más de relajamiento de las medidas de prevención: Algunos ya empiezan a quitarse los tapabocas en sitios públicos como parques o iglesias, cada vez menos gente usa la mascarilla, hay menor preocupación por el lavado de manos o uso del alcohol, el distanciamiento físico es menos frecuente.

Le puede interesar: Creación de contenidos digitales, otra alternativa para la juventud

“Esto no ha acabado”, advirtió el doctor Leonel Argüello en su programa en línea, Por tu Salud Nicaragua, por lo que aconseja “No bajar la guardia” seguir con las medidas de prevención pertinentes.

Para iniciar recordemos que significa COVID-19: “Enfermedad por coronavirus 2019”. La causa de la enfermedad es un virus llamado SARS-CoV-2. El virus apareció por primera vez a fines de 2019 y se propagó rápidamente por todo el mundo, recordó la doctora Lezmisa Sandino.

Las personas que contraen COVID-19 pueden tener fiebre, tos, dificultad para respirar cuando el virus infecta los pulmones y otros síntomas. Aclaró que los expertos siguen estudiando cómo es la recuperación de COVID-19, en base a los estudios de análisis y observación de los diferentes cuadros que desencadena.

Capacidad de modificación del virus

Argüello en su programa en línea señaló, que a 3 años de la pandemia  “todavía falta, porque este virus ha tenido una gran capacidad de estar cambiando de estar modificando su forma”, como ha sido la variante ómicron,  se ha quedado estacionada, se ha reproducido y ha tenido más de 500 cambios.

“Unos son más peligrosos que otros”, expresó Argüello, quien dijo que el más contagioso, XBB, es más transmisible porque se pasa por las vías respiratorias entre una persona y “se escapa más a las vacunas”. No obstante, aclaró que aunque la vacuna no impide que una persona se infecte, puede “protegerte contra complicaciones y muertes”.

Le puede interesar: La Garnacha: Diversa y atractiva

Argüello se refiere a una subvariante de ómicron, llamada XBB.1.5, es la variante del coronavirus prevalente en el planeta. Ómicron fue la variante que siguió a Alfa, Beta, Gamma y Delta. Y fue la que se convirtió en dominante desde que surgió a finales de 2021. A partir de allí se han producido una serie de subvariantes de ómicron, cada una más contagiosa que la anterior. 

Argüello explicó, que esta variante de ómicron afecta más la parte alta del sistema respiratorio, afecta un poco menos los pulmones. Y dijo que sigue siendo efectivo hasta el momento las medidas de prevención: El distanciamiento físico, el estar en lugares ventilados, el lavarse las manos con agua y jabón y vacunarse. 

El médico estimó que un porcentaje alto de la población de Nicaragua ha padecido la “COVID persistente”, que es una manifestación de la enfermedad que se produce tres meses después de que la persona la padeció.

La dictadura ocultó los datos de la pandemia de la Covid-19.

 “Por ejemplo hoy tengo la COVID, en una semana estoy bien. Pero en 3 meses comienzo a sentir una serie de síntomas”, explicó Argüello quien dijo que la mayor parte de esos síntomas se manifiestan de diferentes maneras y estimó son más de 200 tipos esa manera de manifestarse de la COVID persistente. Un una de esas formas de manifestarse puede ser dolores constantes en el cuerpo, en las articulaciones, agotamiento, “por suerte son 2 a 3 días, que sucede eso”. Y aunque  “se te va y luego puede regresar a la semana, 15 días o al mes”. Por eso dijo “es que se llama persistente, es una enfermedad crónica”.

Entre las manifestaciones describió: Dificultad para dormir, dificultad para recordar cosas, afectación del estado de la salud mental de una persona,  más ansiedad, tristeza, depresión, hay dificultades para respirar, en algunas personas caída del pelo. Es por ello que aconsejó: “No hay que minimizar esta enfermedad”, pues dijo  “no te mata pero quedás con secuelas posteriores”. 

De acuerdo al Observatorio de la COVID-19 en América Latina y El Caribe, CEPAL en Nicaragua desde el 3 de enero de 2020 hasta el 23 de enero de 2023 ha habido 15,541 casos confirmados del virus con 245 muertes reportados a la OMS. Al 6 de enero de 2023 se han administrado un total de 12,132, 093 dosis de vacunas.  

Según la OMS en las Américas se han registrado en este mismo período 187.862.206 casos confirmados de COVID-19.

Un reportaje de Periodismo Unido, integrado por Primer Orden, Obrera de la Tecla, Noticias de Bluefields y El Punto D.