EFE
La Iglesia Católica de Nicaragua volvió a recibir este domingo la presencia de fieles en las misas, bajo un estricto protocolo de bioseguridad, luego de más de seis meses con apenas asistencia, debido a la pandemia de la COVID-19.
La mayoría de los templos católicos del país, entre ellos la Catedral Metropolitana de Managua, acogieron durante la eucaristía a decenas de feligreses que acudieron con tapabocas, mientras en la entrada se desinfectaban las manos con alcohol gel o alcohol líquido.
El cardenal nicaragüense explicó este domingo, que las diversas diócesis, a través de sus obispos y sus consejos pastorales, elaboraron “protocolos sencillos para participar en la eucaristía”, que incluye el uso obligado de mascarillas.
Dicho protocolo indica que las iglesias deben estar desinfectadas antes y después de cada sacramento, los visitantes tendrán que pisar una alfombra con solución de cloro en una entrada única en cada templo, mantener el distanciamiento de dos metros entre personas y seguir las indicaciones de voluntarios, quienes estarán vestidos de blanco o negro para facilitar su identificación y así evitar interacciones.
Adicionalmente, no se distribuirán hojas de cantos ni libros de lectura, la paz se dará con una reverencia a la distancia y no se permitirá la permanencia de personas en las parroquias antes ni después de las misas.